#Lecturas: Las cinco frases que hacen que todos odien trabajar con uno.

  • La Ontología del Lenguaje sostiene que nuestras palabras – y en consecuencia las frases que habitualmente utilizamos – generan nuestra realidad y la del entorno en el que nos movemos.
  • Estas son algunas de las frases que nos detenemos a reflexionar:

"No hay problema"

¿Qué podría tener de malo esto? Es tan innocuo, ¿verdad? Le piden que fotocopie un documento o arme el temario de una reunión. Fácil. "No hay problema", responde.

La expresión aparece en todo tipo de ambientes de trabajo y el tono es a menudo alegre y entusiasta, por lo que no preocupa usarlo periódicamente. Es poca la gente que oye "no hay problema" y lo entiende literalmente, pero a un nivel justo por debajo de la conciencia, lo que transmite es resentimiento oculto. Quien lo dice implica la posibilidad de que alguien plantea un problema que están dispuestos a dejar pasar. No es el riesgo (casi absurdo) de una mala interpretación literal contra la que debe protegerse. Es la probabilidad de que uno recaerá en "no hay problema" cuando le pidan cumplir tareas que considera de poca monta -buscar una dirección, tomar nota, fotocopiar, envolver algo o dejar pasar a alguien en el ascensor- e inconscientemente transmita enojo (incluso de formas no verbales).

Es probable que nadie dirá "no hay problema" cuando su jefe le pida que prepare un informe importante o le asigne otra tarea significativa. Cuando una tarea en el trabajo es de mayor peso, uno tenderá a preguntar cómo hacerla bien, transmitirá entusiasmo y declarará que está a la altura de la misma. ¿Pero no debería tratar de aparecer como la persona que asume todas las tareas de ese modo? Deshacerse del "no hay problema" lo ayuda a mostrar lo mejor de sí.

"Da lo mismo"

Al igual que "no hay problema", esta expresión generalmente va acompañada de un tono ligero. "Da lo mismo" se usa a menudo para restar importancia a la idea de otro. Si uno dice: "Seguro, me da lo mismo" luego de que alguien hace una sugerencia, puede creer que está diciendo que no le importa, al estilo de: "Dale, adelante". Pero no siempre se va a interpretar así. En cambio puede indicar que está en desacuerdo, pero de todos modos lo aceptará, quizá porque no tiene la capacidad o la iniciativa necesaria para convencer a sus colegas de otra cosa, o quizá porque tiene complejo de mártir. "Da lo mismo" denota una resignación resentida, aunque no suene así para uno. Lo mismo vale para otras expresiones de sentimiento tibio, como "sipi", "seguro" y "macanudo". Usar estas palabras con amigos está bien, pero no en ámbitos profesionales donde lo que está en juego es fundamentalmente diferente.

"Es lo que hay"

Clichés como este suenan como que da pereza pensar. Se cae en expresiones vacías cuando se quiere dar la impresión de que hay algo para decir, pero en realidad no es así. Y también cuando uno quiere sonar como que se siente cómodo con algo, pero no es así.

"Los negocios son los negocios", "es lo que hay" y frases como esas no sólo no tienen sentido y son repetidas, suenan como que realmente no le importa o que el cerebro simplemente no está funcionando. No es la mejor manera de conseguir un ascenso.


Evitando caer en paradigmas conductistas, modificar nuestro lenguaje como consecuencia de una revisión personal de nuestras afirmaciones y juicios, determina un mejor posicionamiento laboral, evitando quizás el título que reza es artículo periodístico: http://www.lanacion.com.ar/2051206-las-cinco-frases-que-hacen-que-todos-odien-trabajar-con-uno

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